sábado, 29 de febrero de 2020

La simetría en la ciencia de la ciencia



Los sociólogos David Bloor, Barry Barnes y Steven Shapin criticaron fuertemente el enfoque mertoniano y dieron origen al llamado «Programa Fuerte», una explicación de la ciencia y de la sociología de la ciencia que debe sustentarse en estos cuatro pilares:
- Causalidad: Se trata de buscar las causas (sociales, psicológicas, biológicas, etc.) que originan una creencia.
- Imparcialidad: La ciencia debe centrarse en las causas de forma imparcial, sin considerar si la creencia es verdadera o falsa, racional o irracional.
- Simetría: Los mismos tipos de causas tienen que explicar las creencias verdaderas y las falsas. Dicho de otro modo, todas las formas de creencia y comportamiento deben explicarse de la misma manera.
- Reflexividad: Los patrones explicativos de la sociología han de poder aplicarse a la sociología misma.

Estos principios han sido muy controvertidos, en especial el de simetría, un verdadero desafío a la racionalidad de la ciencia. Resumo aquí la disputa:

Programa Fuerte:* ¿Conque vamos a aclarar por qué Fulanito piensa una chifladura? O jugamos todos, o rompemos la baraja. ¿Por qué piensas tú eso tan racional que piensas? Cuidadín, que me estás planteando una sociología del error.
Racionalismo:** Porque la verdad se explica por sí misma. Yo me creo que el microondas calienta los alimentos porque es verdad. Hay cosas que solo te las puedes creer estando tarumba, ahí tienes el terraplanismo. Así que no veo por qué nos vas a meter a todos en el mismo saco. Si no estás ido, te las crees por racionales.
PF: ¿La teoría de la relatividad de Einstein también te la crees porque es verdad? Te recuerdo que hemos estado un millón de años sin creérnosla.
R: Sí, me creo la teoría de Einstein porque es verdad. En ese millón de años de antes no la conocíamos.
PF: Porque es verdad no, que hubo que ha habido que mucho para que la peña la fuera aceptando.
R: Lógico. Tenemos nuestros protocolos y nuestras costumbres.
PF: Ah, pues entonces habrá que mirar esos protocolos y esas costumbres. ¿O te has creído tú que tenemos bula papal para que no nos estudien como los antropólogos estudian a una tribu de cazarrecolectores? Hay que inspeccionar, a ver qué se cuece en un laboratorio. No digo yo que todos seamos locos de atar, pero el hecho de no estar locos no sirve de base para afirmar que nuestras conclusiones son de cajón.
R: ¿Y qué sacas con eso, observando cuaderno en ristre como si fueras a dibujar insectos?
PF: Pues que ahora se adopta un enfoque microsociológico. Y esto aporta varias cosas, porque los factores sociológicos no son meros causantes de unas creencias. Te sirven también para construir los hechos y las teorías. Esto tiene su miga. Ahí tienes las corrientes del feminismo filosófico, que dicen que el antropocentrismo imperante incide en los métodos de investigación, en los programas elegidos y en las metáforas que se utilizan.
R: Por más que digas, los hechos son los que son.
PF: Los que son, no. Son una convención. En que exista una realidad externa, no me meto; no digo que los hechos no sean sólidos ni que esa convención sea arbitraria, al contrario. Pero lo que determina qué es un hecho son las negociaciones entre los científicos. Que si hace falta arbitrar por pares, que si una teoría tiene anomalías, que si esta teoría explica más cosas que la otra.
R: Entonces, ¿la realidad va a ser lo que a los científicos les dé la gana si se ponen de acuerdo en eso?
PR: No lo que les dé la gana. Cuando llegas a una serie de enunciados que es difícil modificar porque de momento no es posible consensuar más cosas, a esos enunciados es a lo que llamamos realidad.

Y esto es parte de lo que ha traído consigo el plantearse la simetría de la sociología.

* Estas opiniones no pretenden incluir solo las del PF propiamente dicho, sino también las de otros pensadores inspirados en él.
** Del mismo modo, no se recogen aquí todas las opiniones de una corriente denominada «realismo», sino que la denominación es un cajón de sastre de todos los críticos del PF.

Las normas de Merton y la naturaleza de la ciencia


En los años 40 del s. XX, la sociología de la ciencia adquiere relevancia con Robert K. Merton, quien se ocupa más de estudiar a los científicos que al conocimiento científico en sí. Merton establece cuatro normas o valores que han de regir la SdlC, son las normas CUDEO:

- Comunitarismo: La ciencia debe ser un bien de dominio público, al alcance de todo el que tenga la capacidad intelectual y el deseo necesarios para conocerla. Se define así el «imperativo de la comunicación de los hallazgos», que choca con la concepción capitalista (sistema de patentes);
- Universalismo: Las propuestas de un científico deben juzgarse con independencia del lugar que este ocupe en el contexto social (raza, nacionalidad, etc.);
- Desinterés: (No confundir con altruismo). Las investigaciones no se deben juzgar por intereses particulares. No impide este principio que se busque el beneficio propio;
- Escepticismo organizado: Se suspende temporalmente el juicio sobre unos resultados hasta que no se hayan efectuado los correspondientes exámenes independientes.
- Originalidad o exigencia de novedad. (Este quinto criterio se añadió más tarde).

Personalmente, me parece que las cuatro primeras normas son imprescindibles para la ciencia porque su aplicación evita los sesgos o los reduce en la medida de lo posible. Es esto más que evidente en el caso del escepticismo organizado, es una tautología o casi: a mayor número de personas con conocimiento de causa que examinen un estudio, menor será la probabilidad de que estas compartan el sesgo y, por lo tanto, más fácil será descubrir los posibles errores. También es patente esta ventaja en los casos del universalismo y del desinterés: sus opuestos, el localismo y la investigación comisionada, ya introducirían sesgos por definición. Por último, el comunitarismo me parece otro buen filtro porque somete todo estudio al juicio de muchas personas, de un modo parecido al del escepticismo, pero tal vez de manera más informal. Los valores CUDEO, son pues, como el propio Merton postula, buenos en sí mismos y, en mi opinión, hasta que llegue un cambio de paradigma que lo ponga todo patas arriba, atemporales.

Diría que están vigentes en la ciencia actual. Un buen ejemplo del comunitarismo lo encontramos al saber que Feng Zhang, uno de los científicos que han contribuido al avance de la revolucionaria tecnología CRISPR-Cas9, distribuyó los reactivos que descubrió gratuitamente a 25.000 investigadores de todo el mundo. (Con prácticas así ganamos todos: la información compartida por unos sirve para que otros aporten la siguiente pieza del rompecabezas). En cuanto al desinterés, existe un sistema de patentes que afectan a los nuevos medicamentos −de algo tienen que vivir quienes los descubren−, pero que caducan pasados veinte años de su descubrimiento (no de su comercialización). Respecto al universalismo, cabe afirmar que muchos de los avances científicos se producen gracias a la acción de equipos interdisciplinares. El escepticismo organizado viene garantizado por el sistema de arbitraje por pares, que se realiza de forma anónima, y que en muchos casos se considera imprescindible no ya para publicar los resultados de un estudio, sino también para obtener financiación. Se ha puesto de moda decir que vivimos en una distopía por diversas razones, pero hoy a mí me toca hacer una provocación y aportar el contrapunto: es todo amor.

sábado, 22 de febrero de 2020

Modelitos traigo


En la entrada de hoy sobre filosofía de la ciencia voy a hablar de modelos.

¿Qué no es un modelo? Un modelo no es una teoría. Se distinguen, entre otras cosas, en que los modelos tienen un ámbito de aplicación restringido y presentan un cierto grado de idealización o distorsión idealizada. Un modelo tampoco es una ley.

¿Qué es un modelo? Aproximación. Es difícil de definir, pues el término es ambiguo y polisémico. Un modelo representa un fenómeno, pero el concepto de 'representación' suscita muchos debates entre los filósofos de la ciencia. Lo único elocuente es verlo ejemplos: Unas esferas de colores alternos dispuestas de forma equidistante en una estructura tridimensional, formando cubos, representan el modo en el que se organizan los átomos de la sal común, el cloro y el sodio. Conforman una maqueta, y una maqueta es un modelo. Son también modelos los mapas, los diagramas, los conjuntos de oraciones y los sistemas de ecuaciones.

Hay un modelo que se utiliza en lingüística para clasificar algunos fonemas consonánticos y explicar algunos hechos de la historia de la lengua. Está compuesto por la terna de palabras «petaca», «forcejeo» y «bodega». En realidad, como se puede apreciar, no es más que una regla mnemotécnica, pero da mucho de sí. Veamos.

Cada una de las palabras de esta terna contiene unas consonantes que pertenecen todas al mismo grupo y, a su vez, a un grupo diferente del de las otras palabras. La primera, «petaca» está formada por consonantes oclusivas sordas; la segunda, por fricativas sordas (se exceptúa la r); y la última, por oclusivas sonoras. Estas familias de fonemas se diferencian en el modo de articulación. El modelo sirve como herramienta de comprensión y aprendizaje de las características de cada grupo.

Además, el modelo tiene la virtud de que, dentro de cada palabra, las tres consonantes se disponen en un mismo orden, según su punto de articulación. Va en primera posición la consonante que se pronuncia con los labios (la p y la b son bilabiales, la f es labiodental); después, la que se pronuncia por la acción de la lengua y los dientes (la t es dental; la z es interdental; y la d, a veces dental y a veces interdental); por último están las que se pronuncian con la garganta (son las guturales: k, j, g). Esta disposición sirve para establecer correspondencias entre los fonemas: por ejemplo, la f es el equivalente fricativo de la p y la b es una p sonora; y, si se explican tales conexiones a un estudiante, este puede concluir, acertadamente, que la j es el equivalente fricativo de la k y que la g de gato es una k sonora.

Hay otra correspondencia con un fenómeno conocido: la terna es un valioso apoyo visual para conocer un acontecimiento de la historia de la lengua muy estudiado: la primera mutación de Grimm, que consistió en que las consonantes de petaca del protoindoeuropeo evolucionaron hasta convertirse en las de forcejeo en protogermánico (si hubiera existido la palabra, petaca habría pasado a pronunciarse fezaja en los pueblos que hoy hablan lenguas germánicas), las de forcejeo en las de bodega y las de bodega en las de petaca, según indican las flechas de este modelo en forma de reloj que he ideado (véase la imagen). A los que hablamos otras lenguas indoeuropeas, en cambio, las consonantes en cuestión nos han llegado con muchas menos alteraciones en los últimos tres milenios. Las flechas simbolizan aquí unas reglas que dan idea de la transformación de los fonemas, representados por los símbolos de las letras.


De tal cambio, surgieron palabras del inglés moderno que pueden vincularse fácilmente (si se conoce la regla) con otras del latín o del griego y, por carambola, con el castellano. Va una tabla con palabras muy comunes que ilustran las nueve transformaciones producidas [1], un modelo con el que ilustrar el modelo.

Mutación
Palabra en latín/grieto/castellano
Palabra inglesa
p > f
padre
father
t > z
tres
three
k > j
cuerno
horn
f > b
frater (latín)
brother
z > d
thygater (hija en griego)
daughter
j > g
huerto (la h se pronunciaba en latín)
garden
b > p
bursa (bolsa en latín)
purse (monedero)
d > t
dos
two
g > k
genu (rodilla en latín)
knee

Llegados a este punto, es interesante comentar que los modelos no son perfectos, por varias razones:

- A veces, introducen elementos que no se dan en la realidad (la r de forcejeo).
- Simplifican la realidad hasta el punto de que pueden resultar engañosos, por ejemplo, una f no es exactamente «como una p pero fricativa», pues el punto de articulación es algo diferente (la f se pronuncia con los dientes, la p no). Antes, cuando he usado el vocablo «equivalente», he recurrido en realidad al teorema del punto gordo.
- No dan cuenta de todos los fenómenos acontecidos. Por ejemplo, en la evolución de las palabras de la tabla, se produjeron cambios semánticos además de los fonéticos −y otros cambios fonéticos que he pasado por alto−, pues sabemos que un huerto no es lo mismo que un jardín y que hay diferencias notables entre un monedero y una bolsa.

Lo anterior se podría resumir diciendo que se ha producido una simplificación deliberada. Con todo, las ventajas superan a los inconvenientes. Lo hacen sin duda en este caso.

Es aún más interesante comentar que los modelos no pueden, no deben ser perfectos, aunque solo sea como excusa para dar a conocer el relato Del rigor de la ciencia, de Jorge Luis Borges, que ilustra con brevedad magistral cómo lo perfecto es enemigo de lo bueno. El opúsculo viene a contarnos que el modelo solamente es manejable en la medida en que se suelta lastre, en que se simplifica. Uso aquí «manejable» en sentido metafórico y también literal; estamos ante un mapa que no se puede aprehender con las manos por su tamaño. No simplificar, según la interpretación que hago del texto, es perder la oportunidad de deshacernos de detalles que aportan poco o nada pero que obstaculizan.

En la misma línea, me viene a la cabeza el relato de Funes el memorioso, también de Borges. No se habla en este caso de modelos científicos, pero esta pieza daría pie a una analogía con aquellos e ilustra aún mejor por qué se debe prescindir de lo prescindible. La clave está en abstraer, y esta estrategia vale tanto cuando se habla de memorizar y pensar, como cuando se transmite conocimiento o se reflexiona sobre él. (El resultado de la abstracción en este segundo caso sería la creación de modelos científicos). El autor lo cuenta mejor que yo, así que le paso el micrófono:

- Ireneo Funes, portento que lo recordaba absolutamente todo «sabía de las formas de las nubes australes del amanecer del 30 de abril de 1882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez [...]»,
- «No solo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado».
¿Qué problema tenía el protagonista?
1. «No solo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente)».
2. «[...] No era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer».[2]

[1] http://www.jpetrie.net/examples-of-grimms-law-in-english[2] Borges, J.L. (1996). Obras completas I. Barcelona: RBA - Instituto Cervantes.


miércoles, 19 de febrero de 2020

Blanqueando una noticia amarilla


Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra.

Noticia disponible en: https://okdiario.com/salud/macha-aplicacion-vacuna-contra-colesterol-5180564

viernes, 14 de febrero de 2020

No ver ni oír a derechas


Pueblo poco conocido de Jaén. Mediados del siglo XX. Una cierta señora celebraba jornadas de puertas abiertas de espiritismo a las que se presentaban curiosos para hablar con los muertos. Nada más empezar, la médium entraba en un breve trance y retransmitía el primer meme que se publicaba desde el más allá: «Que se salga Fulanito, que no cree». No me han llegado noticias de qué pasaba después.

Cambiamos de tercio. Dos rebaños de ovejas se aproximan el uno al otro. Don Quijote de la Mancha explica con pelos y señales quiénes son los caballeros de cada uno de los ejércitos que se van a batir a muerte, las razones de la disputa y cómo van ataviados y aparejados. Sancho lo emplaza a que mire bien, que son ovejas. Don Quijote sigue viendo guerreros. Sancho lo insta a que recabe más datos por otro canal, a que escuche los balidos que emiten las criaturas. «El miedo que tienes te hace, Sancho, que ni veas ni oyas a derechas», es la defensa del Caballero de la Triste Figura ante las comprobaciones que refutan su teoría.

Saltamos nuevamente en el tiempo. 1993. Baza (Granada). Un curandero convoca asus seguidores para que miren fijamente al sol para ver una aparición de la Virgen. Los creyentes resultan lesionados, algunos de ellos con ceguera irreversible. Recuerdo las declaraciones que hizo el iluminado en su día: «La Virgen apareció, lo que pasa es que algunos iban sin fe y los castigó». Muerte venga que achaque no tenga.

Seguimos observando astros. Año 1919. Una expedición de astrónomos liderados por Arthur Eddington viaja a la Isla de Príncipe, uno de los lugares idóneos para observar un eclipse que había previsto. Van espoleados por una predicción formulada por Albert Einstein; si su teoría de la relatividad −que a la sazón era más difícil de concebir y se percibía como más contraintuitiva que hora− era cierta, la luz de las estrellas próximas al sol se observaría de un cierto modo, y no como debería verse teniendo en cuenta solo la física clásica. Fue un brete para la teoría, un trance de los de swim or sink. Y nadó.

El filósofo Karl Popper quedó impresionado por la robustez del planteamiento. Era una teoría falsable y su postulante había establecido, cuatro años atrás, qué hecho tendría que darse para que quedara refutada. No se dio el hecho, luego la teoría se fortaleció. A Einstein no le bastó con realizar observaciones que confirmaran sus postulados, que las hizo (anomalías en la órbita de Mercurio), sino que trajo a colación el principio de falsabilidad, el cual constituye, a juicio de Popper, un punto fuerte de una teoría, no un punto débil.

Contrariamente a la teoría de Einstein, los ejercicios de cháchara con los muertos, la interpretación de la razón por la que dos rebaños se abocaban a un choque inminente y la supuesta aparición de la Virgen no son teorías falsables. Como mucho, se limitan a recabar observaciones que confirmen sus postulados: la médium y el milagrero seguramente se tuteaban con muchas entidades de ahí arriba y tenían en su haber dilatadas horas de coloquios. Don Quijote estaba muy versado en las cosas de la caballería andante, no solo por sus horas de lectura sobre la materia, sino porque también había corrido aventuras. Sin embargo, el mero acopio de observaciones, según se desprende de la filosofía de Popper, no es requisito suficiente para aceptar una teoría. Estas visiones del mundo, o bien de entrada no admiten críticas, no se lanzan al agua, (ejemplo de ello es la expulsión de la sesión de espiritismo del previsible trol) o bien utilizan sus propios preceptos para desestimarlas.

Por este motivo, Popper cargó contra tres corrientes de pensamiento muy en boga en su época: la interpretación histórica del marxismo, el psicoanálisis y la psicología del individuo. Sin duda, Marx había recopilado muchos datos, y Freud y Adler habían entrevistado a muchos pacientes, pero sus teorías no superaron la prueba de fuego como lo hizo la de Einstein. Cuando se vio que el proletariado no era cada vez más pobre, como se pronosticaba, el marxismo reinterpretó los elementos de juicio. Se salvó la teoría, pero ya no era una teoría científica.
Por abundar en lo expuesto en el párrafo anterior, citaré la breve obra Siete teorías de la naturaleza humana de Leslie Stevenson, quien habla de «sistemas cerrados» y califica como tales al marxismo, al cristianismo y al psicoanálisis. Un sistema cerrado se caracteriza por «1) no permitir que evidencia concebible alguna cuente en contra de la teoría, y 2) deshacerse de la crítica analizando las motivaciones del crítico en términos de la misma teoría» [1]. Así, quien no es marxista estaría sobornado por el capitalismo, el no creyente estaría enfadado con Dios y quien no crea en el psicoanálisis estaría en fase de negación (min. 15:45 aprox. del vídeo).

Para terminar, una digresión sobre el psicoanálisis. Según Sven Ove Hansson, una pseudociencia se caracteriza porque a) su área temática se encuentra dentro de los dominios de la ciencia; b) es tan poco fiable que no se puede confiar nada en ella; c) sus principales defensores la presentan como la información más fiable que hay disponible. No conozco la doctrina del psicoanálisis a fondo, pero veo muy probable que se trate de una pseudociencia de acuerdo con esa definición. Su área temática es la psicología. No me parece nada fiable, en el sentido de que algunas de sus reivindicaciones son totalmente contrarias a los principios de otras ciencias bien asentadas: el hecho de que los recuerdos dolorosos se repriman me parece que entra de lleno en conflicto con la teoría de la evolución; en realidad, deberían recordarse más para que así el afectado huya de los peligros y tener más probabilidades de supervivencia. En cuanto al tercer criterio, no sé si los psicoanalistas proclaman que su información es la más fiable, así que voy a especular: veo probable que así sea por la razón de que el psicoanalista ha de someterse él mismo durante muchos años a la supuesta terapia −según afirma Stevenson−, cosa que con seguridad conllevará un gasto monetario importante. Imagino que, cuando empiecen a obrar el síndrome del estafado y la tenacidad del inversor, muchos de los pertenecientes al círculo defenderán los principios de esta práctica como el súmum de la ciencia. Y el que diga que no, es que ni ve ni oye a derechas.

[1] Stevenson, L. (1987). La crítica de teorías. Ediciones Cátedra. Siete teorías de la naturaleza humana. Siete teorías de la naturaleza humana. p. 28

martes, 11 de febrero de 2020

Las nuevas tecnologías y la comunicación de la ciencia


Las nuevas tecnologías han supuesto una mejora para la comunicación de la ciencia por varias razones:
- Ahora, cualquier persona o entidad puede sacar partido a las plataformas disponibles sin necesidad de realizar fuertes inversiones de dinero. Hay instrumentos cada vez más manejables que permiten editar imágenes y vídeo. Se acabaron los tiempos en los que la ciencia solo se comunicaba por la televisión, la radio o el periódico.
- Por la misma razón, es más fácil que el contenido creado sea más ameno.
- La distribución se ha hecho mucho más barata. De hecho, se puede llegar al ideal de la publicidad gratuita: si el contenido es lo suficientemente bueno, lo compartirán los internautas por amor al arte. No me refiero solamente a las redes sociales, sino que también están los canales de distribución de vídeo y de podcast, gratuitos o de bajo coste.
- Se hace posible un contacto directo entre científicos y divulgadores y el ciudadano de a pie.
- Son cada vez más los usuarios que acuden a internet, concretamente a YouTube, antes que a cualquier otro recurso para buscar información, incluida la información de ciencia, por lo que hacer uso de las opciones disponibles ya está pasando a ser una obligación. Una causa de ello es la penetración de los smartphones entre la población. De igual modo, los podcasts presentan la ventaja con respecto a la radio de que su acceso es posible en cualquier momento.
Tanto es así que los medios tradicionales se están transformando para parecerse más a las nuevas tecnologías. Ahí está la televisión a la carta y la difusión como episodios de podcasts de los programas de radio.
Los nuevos cambios traen sus problemas: se difunden también pseudociencias; quienes buscan información en internet suelen confiar solo en personas que piensan igual que ellos; solemos leer en diagonal y tergiversar el mensaje y las búsquedas de Google están sesgadas.
En mi opinión las ventajas superan los inconvenientes. Según se desprende de las encuestas de percepción social de la ciencia, elaboradas por la FECYT, la valoración de los científicos entre la población es muy alta y el interés por la ciencia ha ido aumentando de forma sostenida con el paso de los años, desde principios de siglo. Además, se va reduciendo la brecha entre hombres y mujeres en lo que respecta al interés por la ciencia. Algo estarán haciendo bien las nuevas tecnologías.

Convirtiendo un comunicado de prensa en noticia


Hoy voy a trabajar con esta noticia: Investigadores del CSIC logran elprimer aditivo para envases alimentarios que elimina la listeria. Considero que merece la pena cubrirla porque cumple con los requisitos de novedad y relevancia. Se trata de un adelanto en la lucha contra una enfermedad grave, la listeriosis. Hay que añadir el criterio de cercanía, pues el descubrimiento lo han realizado instituciones españolas, y el de la oportunidad, por la reciente crisis de la carne mechada.
Considero que el hecho noticioso se presta poco a la intervención personal y subjetiva del periodista, por lo que lo más apropiado sería optar por un género informativo: la noticia.
Para elaborar la noticia, me pondría en contacto en primer lugar con los protagonistas del hecho: el equipo de investigadores responsables del descubrimiento, formado por miembros del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC y de la empresa Encapsulae. En la propia nota de prensa se citan nombres de personas con quienes comunicarse. Preguntaría lo siguiente:
- De qué sustancia se trata
- Cuál es el proceso de fabricación
- Qué estudios se han hecho para garantizar la seguridad del consumidor
No podría limitarme a estas fuentes, sino que tendría que recurrir a expertos en los mismos campos que sean independientes, es decir que no trabajen para las entidades interesadas. Buscaría profesionales de los campos del saber:
- Ciencias de los Materiales
- Microbiología
- Enfermedades Infecciosas
- Industria Alimentaria
(Suponiendo que no tengo sus direcciones en mi libreta, un primer paso para acceder a ellos podría ser la lista de universidades españolas. La propia EFSA, citada en la nota, podría ser de mucha ayuda.)
Preguntaría a todos ellos si la reivindicación de la nota les parece plausible y realista. Les presentaría los estudios que han dado lugar al hallazgo, suponiendo que las entidades interesadas me los hubieran facilitado, y les pediría parecer sobre la solidez de la metodología y de las conclusiones. Además, indagaría sobre la posibilidad de que la sustancia entrañe otros riesgos −por ejemplo, que proliferen otras bacterias distintas a la listeria−.
Algunas bases de datos que podría consultar para ampliar cualquiera de los temas tocados durante mis pesquisas serían bioRxiv, Dialnet, PubMed, ScienceDirect, Jstor, Cordis y algunos más.
Asumiendo el supuesto más favorable −que los expertos no encuentran pegas y corroboran en la medida de lo posible que todo está de maravilla−, voy a redactar la noticia ficticia.

Diseñado el primer aditivo para envases alimentarios que mata la bacteria causante de la listeriosis

Un equipo de investigadores del CSIC y de la empresa Encapsulae desarrolla un aditivo para envases de contacto alimentario que reduce de forma drástica la población de la peligrosa bacteria Listeria monocytogenes.
Los ensayos in vitro han demostrado que el aditivo X, un producto obtenido mediante el proceso XXX a partir de los materiales X, Y y Z, reduce de forma drástica la población de la bacteria causante de la listeriosis, una infección de poca morbilidad (afecta a pocas personas), pero de muy alta mortalidad (muere una alta proporción −un 30%− de los que resultan afectados).
El material de encapsulado tratado con el aditivo X presenta una superficie de contacto que mata las poblaciones de la mencionada bacteria que haya presentes en los alimentos envasados. X, catedrático en Enfermedades Infecciosas de la Universidad Z, cuenta a Esta Casa que «a juzgar por las cifras que arrojan los estudios sobre el aditivo X, se podrían evitar en toda Europa unas X muertes al año por intoxicación si se generalizara el uso del nuevo producto».
X ya está disponible para su uso comercial y autorizado por instancias europeas para su uso en envases plásticos de contacto con alimentos. Z, ingeniera industrial de la empresa alimentaria Y, se muestra gratamente sorprendida. «Aún es pronto para dar cifras concretas, pero con unos cálculos aproximados parece que los costes de producción de nuevos envases serían perfectamente asumibles, y muy pronto Y distribuirá sus alimentos en envases más seguros».
Pese a que los alimentos procesados se someten en la actualidad a operaciones de eliminación de bacterias, como la cocción o el horneado, no se puede descartar la presencia de estos microorganismos por contaminación con otros objetos, como los instrumentos de corte. «Con el material X es posible que pronto las infecciones por listeriosis pasen a la historia», vaticina la ingeniera.


domingo, 9 de febrero de 2020

Llamando a Tierra


Hoy en Plankton de Tekstos, ofrecemos la entrevista que nos ha concedido el capitán X − de la nave M-Clan821−, la persona que más tiempo ha pasado incomunicada de la Tierra hasta la presente fecha. Sabemos que el pasado mes de diciembre, X pudo entablar al fin contacto con la Tierra.
Plankton de Tekstos: Capitán X, bienvenido. ¿Cómo se encuentra?
Capitán X: Bastante bien, ya me voy recuperando del largo aislamiento. Llegó a ser desesperante, la Tierra es mi casa. Así que ahora, por fin, estoy contento de recuperar el calor humano.
PT: ¿Cómo fueron sus primeros días en la misión?
CX: Al principio estaba bastante entusiasmado. Van pasando los días y la euforia no puede durar tanto, pero sigues alegre. Un momento que marcó un antes y un después, en los primeros días, fue cuando perdí el rastro de Venus. Ahí, te pica el gusanillo. Para mí, el lucero del alba siempre había tenido un significado especial. Fue la primera estrella que aprendía a reconocer de niño.
PT: Como sabemos, en cierto momento perdió la conexión con nuestro planeta. ¿Qué sintió cuando se dio cuenta de la avería?
CX: La sensación es indescriptible. Es como si estuvieras en otra dimensión. Me arrepentí de haberme embarcado en la misión y me acordaba mucho de todos mis seres queridos, sobre todo de mi esposa.
PT: ¿Cómo sobrellevaba el aislamiento? ¿Qué hacía?
CX: Imaginaba que era el personaje de un cuento de ciencia-ficción. Narraba los hechos. En vez de escribir un diario, como harían otros, yo escribía en tercera persona, con frases como: «El capitán X se despertó sobresaltado...» y cosas así. También jugaba al póker con el ordenador. Quieras que no, se pasan los días, sigues sin contacto, pero te sobrepones.
PT: ¿Cuéntenos algún acontecimiento del espacio que haya presenciado?
CX: Ver morir una estrella. Era una de las estrellas de la galaxia de Orión que no se aprecian desde la Tierra. Tenga en cuenta que me desplacé a dos mil millones de años-luz de nuestro sistema solar. El espectáculo es impagable. Se te olvidan todos los problemas.
PT: Capitán X, muchísimas gracias por concedernos su tiempo.
CX: Ha sido un placer.

Entrevista inspirada en la canción «Llamando a Tierra», de M-Clan.

Un aspeco oscuro del alma humana


Corría el año 1961. Se celebraban los Juicios de Núremberg y generalmente los nazis acusados de genocidio esgrimían en su defensa el argumento de la obediencia a la autoridad. Stanley Milgram, psicólogo de la Universidad de Yale, se propuso investigar si los alemanes eran particularmente dados a obedecer a la autoridad.
El método científico del modus tollens impone la siguiente inferencia para reforzar una teoría: Si la hipótesis H es verdadera, también lo es otra hipótesis que se desprende de ella, la hipótesis I. De demostrarse que I es falsa, también H es falsa.
De esta forma, dada la hipótesis «los alemanes son especialmente proclives a la obediencia», cabría deducir que «las personas de otras nacionalidades son menos proclives a la obediencia», y sería cuestión de estudiar esta segunda. La conducta de los sujetos experimentales que colaboraron en el experimento sería la hipótesis contrastadora de la hipótesis H.
Milgram diseñó el siguiente experimento, que llevaría a cabo en Estados Unidos: Pidió a un grupo de voluntarios (teachers en inglés, los llamaré «instructores») que enseñaran una serie de tareas de memorización sencillas a otros grupo, el de los «estudiantes». Los instructores creían que los estudiantes eran los sujetos del estudio, cuando la situación era en realidad la contraria: los estudiantes eran meros actores y lo que se estudiaba era la conducta de los instructores. Cuando un estudiante cometía un error, el instructor tenía la consigna de proporcionarle una descarga eléctrica. Las descargas eran progresivamente mayores, supuestamente, hasta niveles que el instructor creía muy dolorosos. Era todo teatro. El instructor estaba a las órdenes de una supuesta figura de autoridad, otro actor. El estudio pretendía evaluar hasta qué punto los instructores estaban dispuestos a cometer atrocidades si la figura de autoridad así lo exigía. Resultado: la totalidad de los instructores llegaron a infligir descargas muy dolorosas; dos tercios de ellos llegaron a provocar la descarga máxima.
La conclusión era que también la mayoría de los estadounidenses cometían actos de crueldad si así se lo exigía una figura de autoridad. Cabría pensar que la hipótesis I había sido falsada y que, por lo tanto, también lo había sido la hipótesis H.
No tan de prisa. Todavía cabe la posibilidad de que los alemanes, junto con los estadounidenses, sean particularmente proclives a la obediencia, que estos dos pueblos sean excepciones con respecto a la mayoría. (Dicho sea entre paréntesis, de haber sido el resultado del experimento el contrario del que fue, tampoco se podría hablar de una prueba concluyente: también podría ser que los estadounidenses fueran particularmente proclives a la desobediencia y que los alemanes fueran tan proclives a la obediencia como la mayoría de la humanidad).
Apenas estamos ante el primer estadio de la investigación científica ideal: recopilando datos. Tenemos el dato de la obediencia en Estados Unidos. Es apenas un indicio de que los alemanes son tan proclives a la obediencia como los ciudadanos de cualquier otro país. Se debería repetir el experimento, y de hecho se repitió, en numerosos países, para seguir observando. Los resultados eran similares. Con cada experimento nuevo, la hipótesis contraria a la inicial se iba reforzando, que todos los pueblos son igual de proclives a la obediencia. Pero nunca llega a confirmarse del todo; de hecho, una objeción válida que todavía se esgrime es que el experimento solo se ha llevado a cabo en países industrializados, con una excepción. Podría ser que las personas de países industrializados sean particularmente proclives a la obediencia.




Una epidemia que traía a los médicos de cabeza


En el capítulo 2 de su obra Filosofía de la ciencia natural, Carl Hempel expone los cuatro estadios de una investigación científica ideal. Ideal, digo; más adelante abundaré en ello. Son los siguientes:
1. Observación y registro de todos los hechos;
2. Análisis y clasificación de los hechos;
3. Derivación inductiva de generalizaciones;
4. Contrastación ulterior de las generalizaciones.
Paso a aplicar esta teoría a un caso práctico, expuesto en la misma obra, que Hempel califica, creo que acertadamente, como «una página fascinante de la historia de la medicina». Va el relato:
Viena, mediados del siglo XIX. El médico Ignaz Semmelweis, miembro del equipo de Primera División de Maternidad del Hospital General, descubre que en su lugar de trabajo (la Primera División, D1) fallece un número alarmante de mujeres después de dar a luz, víctimas de lo que se conocía como «fiebre puerperal». La mortalidad es mucho mayor que en la Segunda División (D2) y es obvio que la discrepancia no se debe al azar, pues las cifras se mantienen con el paso de varios años.
Ya tenemos planteado el problema, y es acuciante: ¿a qué se debe la alta mortalidad? Tenemos que formular la hipótesis; responde a la pregunta por qué, y, en principio, parece que nuestro protagonista andaba bastante despistado.
Lo lógico es empezar por el estadio 1, observación y registro de los hechos. Hempel ya nos advierte que solo «una mente de poder y alcance sobrehumanos» puede reunir todos los hechos posibles, de modo que hay que separar el grano de la paja y centrarse solo en los hechos relevantes. Al clasificarlos en relevantes e irrelevantes, ya estamos en el estadio 2. Pero, relevantes ¿para qué? Relevantes para la explicación que queremos dar. ¿Cómo sabemos si son relevantes para esa explicación, si aún no la hemos formulado? Nos vemos atrapados en un bucle y no hay fórmula matemática que nos saque de él.
La única posibilidad es tirar de imaginación y tantear. Así procedió Semmelweis. Formuló una serie hipótesis a raíz de unos hechos observados; hechos, que, como se supo después, pero solo después, eran irrelevantes. Las hipótesis postuladas como causas de la mortalidad eran las siguientes:
1. Los «cambios atmosférico-cósmico-telúricos» (creencia de la época) se extendían por D1 y no por D2. Falsa. Ninguna epidemia era tan selectiva geográficamente (se conocía el caso del cólera). Aquí fue fácil identificar unos hechos relevantes que hicieran descartar la hipótesis.
2. El hacinamiento. Falsa. En D2 había más hacinamiento que en D1. De nuevo, los datos estaban al alcance de la mano y sí eran relevantes ya con la conjetura formulada.
3. La mala praxis de los estudiantes de medicina en D1. Falsa. En este caso, no bastó con mirar una ficha de datos para falsar la hipótesis, sino que Semmelweis hubo de manipular las variables en la vida real, lo hizo reduciendo el número de estudiantes en D1. La mortalidad en D1 no solo no disminuyó, sino que aumentó. Semmelweis puso en práctica con esto el modus tollens, que establece que, si la consecuencia esperada no se produce, entonces la hipótesis es falsa.
4. Explicaciones psicológicas. Falsa. Por cuestiones de la organización del Hospital, un cura que visitaba la D1 hacía sonar una campanilla avisando de su llegada, mientras que no se anunciaba de esta manera en la D2. Se pidió al cura que se abstuviera de utilizar la campanilla (el modus tollens de nuevo). No dio resultado.
5. El modo en que yacían las mujeres. Lo hacían de costado en una división y de espaldas en la otra. Esta hipótesis también se demostró falsa, del modo que ya sabemos.
6. El personal sanitario trataba a las pacientes de D1 frecuentemente después de realizar disecciones en la sala de autopsias, mientras que acudía directamente a la D2 sin pasar por dicha sala. Semmelweis postuló entonces que la causa de la enfermedad era un «envenenamiento de la sangre producido por materia cadavérica». Ordenó al personal que se lavara las manos con una determinada solución después de visitar la morgue y, finalmente, el número de fallecimientos de la D1 se redujo.
Muestra de los difícil del caso es el hecho de que Semmelweis diera en el clavo prácticamente al azar. Solo se le ocurrió la idea después de que uno de sus colegas muriera con síntomas similares a los de la fiebre puérpera tras recibir un corte con un bisturí con el que acababa de diseccionar un cadáver. Con este suceso, a Semmelweis por fin se le vinieron a la cabeza los hechos relevantes; pudo dar el paso y proceder al estadio 3. Había establecido una generalización conectando el hecho de la muerte del médico con los de las muertes de las pacientes.
No acaba aquí la cosa, el método consta de un cuarto estadio. Semmelweis ordenó a su personal que tratara a doce parturientas aquejadas de cáncer cervical con un lavado de manos rutinario, sin desinfectante. Fue este un caso de contrastación ulterior de las generalizaciones: se trataba de asegurarse de que la causa de la fiebre también hacía efecto en pacientes que no eran parturientas. Once de ellas murieron. Ortodoxia metódica y barbaridad en uno.
Para concluir, debo hacer constar que la hipótesis no era verdadera. Hoy sabemos que la explicación de la «materia cadavérica» estaba errada, que la fiebre estaba causada por los microbios, desconocidos en aquella época. La explicación era falsa, pero aun así, robusta; lo suficientemente buena como para que, a partir de que esta se formulara, descendiera la mortalidad. Servía. Hempel advierte que la aceptación de una hipótesis no hace que la investigación sea concluyente, pero sí proporciona un apoyo inductivo. En este caso, fue un apoyo inestimable.

viernes, 7 de febrero de 2020

Diario en papel, diario on-line y Twitter


Hoy voy a comparar la selección de noticias que hace un mismo diario en sus versiones impresa y on-line y comentaré también el «éxito» de las noticias en la versión digital del diario y en Twitter. He elegido El Mundo y el día estudiado es el domingo, 2 de febrero de 2020.
Para empezar, veamos la portada de la edición impresa. No me queda claro cuál de las noticias es la principal. Una de ellas, «Cargos de Ciudadanos se rebelan contra Cataluña Suma», se ha privilegiado con un titular más visible y con más texto. Otra, «Ábalos, el gran cooperante», ocupa más espacio y va acompañada de una imagen. Decido que la imagen prima sobre el texto y voy a declarar ganadora a la de Ábalos.

Echo un vistazo a la portada de la versión on-line y veo que están presentes esas dos mismas piezas informativas. La de Ábalos cuenta con un titular que aporta más información, «Venezuela. Las misiones americanas del 'comandante' Ábalos y su viaje a Barajas para un "encuentro" don Delcy»; en cambio, el espacio que se le ha asignado ahora es relativamente menor. El titular que hacía referencia a Cataluña Suma es prácticamente el mismo, pero el cuerpo de la noticia ha desaparecido de la portada. Esta vez me cuesta aún más decidir cuál es la más importante. Creo que no me voy a mojar: son ex aequo en este caso.

De ciencia hay poco. La edición impresa no ofrece nada de ciencia y salud en la portada. Más adelante, sí. En la sección «España», se habla del posible infectado del coronavirus de nuestro país y de un supercontagiador; en «Crónica» se narra la operación de un niño aquejado por un truculento tumor y en «Salud», sección escueta, se nos informa sobre la obesidad en mujeres. Sección específica de ciencia, no hay. Son más las noticias de ciencia de la edición on-line. Para empezar, la portada sí las recoge: son una de las del coronavirus y la ya mencionada de Emmanuel, el niño operado. No es de extrañar la discordancia, pues en la portada on-line caben bastantes más cosas que en la portada de papel. Ahondando más, on-line también hay más noticias de ciencia que en papel, no solo en la portada. Observo que tienen sección de «Biociencia»; en «Salud» se habla de la gripe «clásica» y no solo del coronavirus.

Hasta aquí, he expuesto lo que el diario ha decidido publicar y resaltar. Veamos ahora las preferencias de los lectores. De las ocho noticias que más interés han despertado, seis son de ciencia, cinco de ellas sobre el coronavirus (también cuenta entre estas la que tiene por titular «La habitación 1702»), la otra versa sobre la operación del niño con tumor. Ninguna de estas ocho está en ninguna de las dos portadas.

Vamos a Twitter. En la jornada del domingo, El Mundo compartió aproximadamente 60 tuits que enlazaban a noticias publicadas por el rotativo. Incluyo aquí solo los difundidos originalmente por la cuenta @elmundoes, y no los retuiteados por otras cuentas del mismo medio (El Mundo Andalucía, El Mundo Deportes, etc.). Como esperaba, en ese medio centenar de noticias no faltan las dos principales del día (Cataluña Suma y Ábalos). De hecho, estas dos se han publicado dos veces cada una, con textos diferentes a los de ambas portadas. También están todas las científicas mencionadas hasta ahora; del coronavirus hay tres. Dos veces aparece también una noticia que no está en la versión en papel ni en la portada on-line: la de un terrorista abatido en Londres (no es de extrañar, pues se trata de una última hora). Queda ya claro que en papel ha quedado todo reducido: tanto el número de noticias como la extensión de cada una. Todo lleva imágenes en Twitter; una de ellas, del atentado terrorista, lleva un vídeo. En una ocasión se ha adjudicado la etiqueta #Ampliamos, y en varias ocasiones, #ÚltimaHora.

No quiero acabar este ejercicio sin mencionar cuáles son las que más retuits han recibido. Gana por goleada una sobre el atentado en Londres (777 retuits; cifras consultadas el lunes a las 11:00). Otras con más de 100 retuits son: a) otra sobre el atentado; b) una sobre economía (asalariados públicos); c) el colapso de un estadio en San Petersburgo; d) una sobre Ábalos; e) una sobre una plaga de langostas en África. El número de clics que recibió cada enlace, nos vamos a quedar sin saberlo; es información reservada al propietario de la cuenta.

Mucho morbo y alarmismo veo. Si el propósito del ejercicio era ver si los responsables del diario aciertan con lo que va a interesar a los lectores, parece que la respuesta es no.

jueves, 6 de febrero de 2020

Tragedia aérea

Muere un niño durante un vuelo impresionado por la tormenta que sorprendió al avión

El fallecido, X.Y.Z., de X años de edad, regresaba con su padre a su ciudad, Z, cuando el avión se vio envuelto en una formidable borrasca y cundía el pánico entre los pasajeros.

Eran las XX:00 de la noche y X dormía plácidamente. Varios testigos cuentan a Esta Casa que el pequeño se despertó de forma repentina pidiendo auxilio a su padre. Incluso asegura A, pasajero que viajaba justo detrás de ambos, que el pequeño percibió la tormenta antes que ninguna otra persona. “Se sobresaltó y decía que oía truenos. Yo creía que eran cosas suyas. Me quedé de piedra cuando minutos después sentí la tormenta yo también”. B, que estaba sentada delante, dice que X rezaba y repetía sin cesar “¡Papá, que me llevan!”

Nada hacía prever la tragedia cuando el vuelo ABC000, tripulado por la compañía W, partía a las YY:00 de la ciudad de Y. Era una tarde de cielo despejado y todas las condiciones meteorológicas se preveían favorables. Sin embargo, pronto estalló una tormenta y la aeronave fue sacudida por unas turbulencias fuera de lo común. Muchos de los pasajeros estaban aterrorizados, pero, aun así, son varios los que observaron que el padre abrazaba a su retoño con demasiada fuerza y coinciden en que llegaron a alarmarse por ello.

En cierto momento, se hizo patente que el menor había perdido la vida por lo que −cabría pensar− era una parada cardio-respiratoria. “Nunca olvidaré esas tres horas de pesadilla desde que constatamos que la criatura se había ido hasta que aterrizó el avión”, nos cuenta C, joven pasajera vecina de Z. La Dra. D, jefa del Departamento de Cardiología del Hospital Mayor de Z declara al respecto: «No se conoce ningún caso en el mundo de personas que hayan fallecido por un ataque de pánico a edad tan temprana». Una posible causa a la que apuntan fuentes expertas es que el padre asfixiara a su hijo.

W nos informa de que en la cabina se experimentó una bajada de tensión, pero no nos ha sido posible conocer ningún otro dato técnico ni saber si algún error humano contribuyó a que los efectos del fenómeno meteorológico se hicieran sentir con especial vigor.

La Fiscalía ha abierto una investigación. A la espera de que se realice la autopsia, no hemos despejado ninguna de las incógnitas sobre la conducta del hijo ni la del padre. No nos ha sido posible hablar con este último, por encontrarse detenido, aunque sí hemos obtenido las declaraciones de un portavoz de la familia. Al parecer, X sénior y X júnior volvían de una excursión que realizaron a Y y se dirigían entusiasmados a Z para celebrar al día siguiente el cumpleaños de su pareja y madre.



Redactando titulares y entradillas


Las ondas gravitacionales son oscilaciones del espacio-tiempo originadas por fenómenos violentos. La que se ha detectado en este caso procede de la colisión de dos agujeros negros situados a más de mil millones de años-luz.

He Jiankui, genetista chino, asegura haber modificado genéticamente a dos gemelas para protegerlas del VIH. Argumenta que son meramente bebés sanos, no de diseño. Numerosas voces alertan de los riesgos: mutaciones indeseadas y cáncer.

Investigadores del CERN descubren un cuerpo que sería, con una probabilidad de error de uno en tres millones, un bosón de Higgs ('partícula de Dios'), pieza fundamental del Modelo Estándar de la Física de Partículas.

Cinco años después de su lanzamiento, y tras recorrer 3.000 millones de kilómetros, la sonda Juno se inserta en la órbita polar de Júpiter, cuyo intenso campo magnético entraña un peligro para la nave.

lunes, 3 de febrero de 2020

Una misión con muchos retos

Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra. Un científico chino anuncia en YouTube la modificación genética de embriones para que sean resistentes a la infección por el VIH y su posterior implantación en el útero de una mujer que acaba de dar a luz. Trabajas como periodista en un medio de comunicación y debes cubrir lo ocurrido. Explica cómo responderías a las preguntas clave (‘W’ en inglés), qué fuentes consultarías para elaborar la información y qué retos imaginas que puedes encontrarte al realizar el artículo periodístico.

Voy a suponer que la comunicación la obtengo a partir de una nota de prensa emitida por la clínica o laboratorio (el Centro) donde se ha realizado el experimento, pues, de otra forma, veo prácticamente imposible que la noticia llegue a mí. Voy a suponer también, para introducir un elemento de dificultad, que el científico responsable (el Científico) y el Centro son hostiles a la prensa a pesar de haber difundido el comunicado. El quién y el qué ya los tengo. El dónde y el cuándo son triviales, salvo que el experimento lleve realizándose mucho tiempo, con otras parejas. Para empezar, ya intuyo que el experimento es poco ético.

Tengo el nombre del Científico. Antes de comunicarme con él, voy a investigar si está debidamente capacitado para ejercer. Busco los colegios, asociaciones profesionales o instituciones similares que haya en China y trato de encontrarlo en sus directorios. Aprovecho la exploración de sus sitios webs para conocer sus códigos deontológicos.

De no encontrar al Científico o al código, me pongo en contacto con la institución (secretaría, vocalía de comunicación, etc.) para extraer información de ambos. Aprovecho para comentar brevemente la noticia y pedir parecer a la persona que me atiende.

Para hacer todo lo anterior, ya me he encontrado con dos barreras férreas: el idioma y la cultura. Para salvarlas ambas, cuento con la colaboración bien de un traductor/intérprete −que a su vez estará sujeto por su propio código deontológico y en ocasiones no podrá extralimitarse de ciertas funciones−, bien con un periodista chino, en cuyo caso mi temor es que haga él la mayor parte del trabajo. Respecto a la cultura, lo que me plantea dificultades en este momento es no conocer cómo funciona el sistema: ¿cuál es la institución equivalente a un colegio profesional?, ¿es obligatorio estar dado de alta para ejercer la profesión?, ¿dan información sobre sus afiliados?

Procedo a ponerme en contacto con el Científico por teléfono o correo electrónico. Si tengo suerte, pido el máximo de datos del experimento. El cómo, el porqué y el para qué.

Es probable que el Científico me rehúya o me sea hostil. En ese caso, planearía un viaje a China, al Centro, para tratar de abordar al personal del equipo investigador. En el caso de que el Científico se haya mostrado reticente, el resto de implicados también tendrían la consigna de no hablar a la prensa y, posiblemente, me toparía con un muro de silencio.

Un recurso sería abordar a los clientes, potenciales o en la práctica, del Centro (clínica de reproducción), apostarme en las proximidades, espetarlos y preguntar por su experiencia con el Científico. Con suerte, tirando del hilo, podría dar con los padres de los gemelos genéticamente modificados. Así obtendría más datos del cómo, del porqué y del para qué. Tampoco esto lo veo fácil.

Aprovechando la estancia en el país, hablaría también con las autoridades chinas y con juristas para pedir su opinión. De nuevo plantea obstáculos mi desconocimiento del sistema. De entrada, no sé ni quiénes son los organismos ni las figuras profesionales competentes.

Superados los escollos principales, viene la fase de contrastar con científicos ajenos al experimento y presentar un contexto. Para eso, me valdrían las voces de autoridades de cualquier país, puede ser China, puede ser España, o cualquier otro. Suponiendo que soy periodista establecido, cuento con una buena libreta de direcciones que me da acceso a genetistas, expertos en el VIH, clínicas de reproducción asistida y juristas. Ahora tengo más que el comunicado de prensa, tengo toda la información extraída en las fases previas. Las preguntas que podría plantear a estos profesionales serían: ¿No hay ya otros métodos para que personas afectadas por el VIH tengan hijos exentos del virus?, ¿qué implicaciones puede tener la modificación genética para los individuos procedentes de los embriones en cuestión?, ¿qué peligros hay?, ¿un experimento así en España (u otro país) contravendría los códigos deontológicos profesionales o la ley? Aquí preveo menos dificultades.