jueves, 28 de noviembre de 2019

Qué es la cultura científica


Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra.

Presento aquí tres definiciones de «cultura científica»:

A) «Se entiende por cultura científica el conocimiento científico, el tiempo y actividades dedicadas a la ciencia, la percepción subjetiva de la ciencia, estereotipos de los científicos, las expectativas por cursar carreras científicas y la comprensión del método científico.»
Fuente: Sitio web de Evaluación de la Cultura Científica, que cuenta con la colaboración de varias entidades (FECYT).

B) «La cultura científica en España se define como un conjunto de conocimientos no especializados de las distintas ramas del saber científico que permiten al alumno desarrollar un juicio crítico acerca de ellas y adquirir conocimientos acerca de temáticas científicas y tecnológicas.

La cultura científica suele subdividirse en difusión, comunicación y divulgación científica.»
Fuente: Portal infantil Educapeques

C) «Se entiende la cultura científica como comprensión de la dinámica social de la ciencia, de manera que se tejen, en una interrelación entre productores de conocimientos científicos y otros grupos sociales, todos ellos como partícipes del devenir de la cultura, produciendo significados cuyos orígenes y justificaciones provienen desde distintas prácticas, intereses, códigos normativos y relaciones de poder, entendiéndose como un devenir continuo..»*
Fuente: Revista Razón y Palabra, especializada en Comunicología.

Se verá que son algo dispares. Cito una particularidad de cada una: la primera incluye «tiempo y actividades», la segunda pone como requisito el desarrollo del «juicio crítico» y la tercera abarca a otros grupos sociales además de los «productores de conocimientos».

Una crítica por parte del autor de este blog es que la redacción de la última de estas definiciones resulta bastante abstrusa.

Razón y Palabra, a su vez, extrae la cita de la siguiente obra:

VACCAREZZA, L. S. (2008). “Exploraciones en torno al concepto de cultura científica”. En FECYT, Resúmenes del Congreso Iberoamericano de Ciudadanía y Políticas Públicas de Ciencia y Tecnología. Madrid. P. 110.

Prolijidad de detalles y letra pequeña


Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra

El cometido de la fundación Gapminder es hacer frente a las ideas falsas sobre el desarrollo en el mundo.

En la pestaña Tools de su sitio web, lo primero que se aprecia es una gráfica de burbujas que representan cada una un país del mundo y que se encuadran en unas coordenadas cartesianas cuyos ejes corresponden a los ingresos (supongo que per capita) y a la esperanza de vida, dos variables independientes entre sí. Ofrezco aquí una captura de pantalla.


Puesto que una razón importante para hacer una gráfica es la posibilidad de presentar «grandes cantidades de información de forma compacta y fácil de entender» [1], la del ejemplo aprobaría con nota. Se obtiene una idea, a golpe de vista, de los ingresos, la esperanza de vida y la población (reflejada en el tamaño de la burbuja) de casi todos los países del mundo. Los estados, además, están coloreados según el continente al que pertenecen. ¿Qué más se puede pedir?

Pues no acaban aquí las loas: La página te deja jugar y generar gráficas y vídeos seleccionando ciertos parámetros. De hecho, nada más acceder, ya está disponible el primer vídeo (botón de reproducción, abajo a la izquierda): las burbujas crecen con el tiempo y se desplazan más a la derecha y hacia arriba. El mensaje está bien claro: cada vez hay más personas que viven más y mejor. Si queremos seguir barajando datos, tenemos la opción de seleccionar varios de los países para contrastar sus evoluciones históricas. En la siguiente captura de pantalla se comparan China, en rojo, y Estados Unidos, en verde. (Se trata de una foto fija del año 2018; recomiendo ver el vídeo completo para informarse con más facilidad).



Destacan dos hechos de interés cuya detección hay que agradecer a la gráfica: a) durante buena parte del s. XIX, los ingresos variaban poco en China, mientras que la esperanza de vida fluctuaba mucho (la burbuja se desplaza repetidamente hacia arriba y hacia abajo) y b) en EE.UU. ocurría justo lo contrario (unas veces eran más ricos, otras más pobres, pero la esperanza de vida cambiaba poco).

Por último, comentaré la escasa distancia que media entre ambas burbujas en 2018. A juzgar por ello, los ingresos per capita de los dos países estarían muy próximos. ¡Pero no es así! Escudriñando la leyenda del eje de abscisas (las x), se constatará que la distancia que media entre un punto de referencia y el siguiente no es proporcional a la cifra representada: por ejemplo, la distancia entre 16.000 y 32.000 es la misma que la que hay entre 16.000 y 8.000, cuando debería ser el doble, y el fenómeno se repite en todas las ocasiones. Luego la gráfica, valiosa según se mire, también induce a engaño. Un par de datos valen más que mil bolitas: China: 16.600 $; EE.UU: 54.900 $.

[1] Sevilla J (2005) Gramática para las gráficas. Pistas para mejorar las representaciones de datos. Pamplona: Universidad Pública de Navarra.

Citas y referencias


Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra.

En esta entrada comentaré algo sobre un paper en el que se sigue el sistema de referencias del orden de mención. Este sistema consiste en lo siguiente: a las fuentes citadas se les asigna un número conforme se les va haciendo mención en el artículo y, en el apartado de la bibliografía −al final del todo−, se hace corresponder a cada número la referencia* completa de la obra.

A continuación, facilito el número de citas** que aparece en cada apartado:
Introducción: 14 citas, todas ellas en el primer párrafo. Aparece otra en el segundo, pero remite a una obra ya citada (a las de este tipo, si se me permite el vulgarismo, las llamaré «repes»; seguro que hay un término de especialidad).

Métodos: 10 citas en total; 3 nuevas y 7 «repes».
Resultado: 0.
Discusión: 10 en total; 1 nueva y 9 «repes».
Paper en su conjunto: 35 citas, que corresponden a 22 fuentes (obras citadas en la bibliografía).

La distribución no sorprende. El apartado de resultados es el que menos se apoya en el trabajo de otros científicos, pues suele exponer lo obtenido en el estudio en cuestión. Es más necesario, en cambio, concentrar citas al principio del documento para exponer el estado de la cuestión. Presumo que la mayoría de los papers es de estas características.

* La referencia es una serie de datos, normalmente de una línea o dos, entre los que figuran el autor, la obra, el año de publicación, etc.
** La cita es el dato o conjunto de datos que indican la autoría de una idea expuesta y permiten así al autor reconocer el trabajo de otros y proceder sin incurrir en plagio. En el sistema de orden de mención, las citas constan apenas de unos números entre corchetes que se insertan en el texto y remiten a la bibliografía.


martes, 26 de noviembre de 2019

Aprendizaje formal e informal


Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra


Para Neil DeGrasse, la principal función de la divulgación científica debe ser adiestrar el cerebro para que piense y no atiborrarlo de conocimientos. Opina DeGrasse que tal destreza deberá enseñarse en los colegios.
Estoy muy de acuerdo. Ahí va mi experiencia personal: Muchos de los conocimientos que se me enseñaron en primaria no me han servido de nada, ni siquiera para el resto de mi vida académica: el método de cálculo de las raíces cuadradas, la tabla periódica, las capitales de Europa y tantas otras. Algo más de utilidad tuvieron el análisis sintáctico, para expresarme mejor en otros idiomas, la resolución de problemas matemáticos, por razones obvias, y el análisis de las causas y consecuencias de los acontecimientos históricos, para preguntarme por qué pasan las cosas que pasan hoy en día. Todavía se podría haber hecho mejor; echo de menos que se me enseñara a redactar (hacíamos redacciones, pero no nos decían como), muchos de los problemas de matemáticas no tenían aplicación práctica («Dos coches salen de dos ciudades, A y B, al mismo tiempo...») y al laboratorio se entraba poco.
Pienso que en nuestra sociedad, la educación no formal (el entorno familiar y social, libros, revistas, periódicos y medios en línea, según enumera Vladimir de Samir) está despertando el interés de los niños por la ciencia, puesto que sabemos que la sociedad en su conjunto está cada vez más expuesta al saber científico, según se desprende de la evolución en el tiempo de los resultados de las Encuestas del la Percepción Social de la Ciencia. Se deduce, por lo tanto, que cada vez hay más entornos sociales favorables a la transmisión del saber científico. Por añadidura, existen programas científicos de entretenimiento y en clave de humor (aptos para adolescentes y tal vez también para niños), que no había en el pasado, según afirma también de Samir.



Salir por el pan un día de lluvia


Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra. Consiste en contar un hecho cotidiano en formato de artículo científico

Introducción
A pesar del innegable cambio climático que sufrimos, se prevé que, en las décadas venideras, cada año cuente aún con un número importante de días de precipitaciones prolongadas. Considerando, por otra parte, que no tienen visos de disminuir en un futuro los errores humanos de cálculo (no abastecerse de pan con antelación), concluimos que es probable que concurran ambas circunstancias y que por lo tanto sigan dándose casos en que los ciudadanos se vean obligados a abandonar el domicilio bajo la lluvia para adquirir el pan. El propósito de esta experiencia era identificar los posibles efectos indeseables de tal actividad.

Métodos y materiales
El sujeto experimental, varón de cuarenta años, realizó un recorrido de ida y vuelta a la panadería más cercana por locomoción propia y pertrechado con algo de dinero, una bolsa de tela para resguardar la hogaza de pan y un paraguas convencional para resguardarse a sí mismo. El pan llegó a su destino.

Resultados
De vuelta en el domicilio, se extrajo la hogaza de pan de su contenedor y se inspeccionó visualmente y al tacto. Se comparó con un mendrugo sobrante de una hogaza de similares características consumida casi en su totalidad en días anteriores. No se observaron efectos indeseados en la hogaza (que estuviera mojada) ni diferencias con el mendrugo de control.

Discusión
Si bien el pan no presenta ningún indicio hasta el momento de haber sido adquirido en un día lluvioso, queda por conocer la valoración del otro comensal (sujeto sin sesgo) a la hora del almuerzo. Se observará si este realiza algún comentario espontáneo respecto a la calidad del pan, y, en caso negativo, se concluirá que tampoco él ha apreciado diferencias y que es muy improbable que el pan se moje en tales situaciones.
A pesar del éxito de la iniciativa, creemos importante señalar que podrían producirse otros efectos no deseados: sentimiento de impaciencia e incluso resbalones.




La estructura de los artículos científicos



Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra

Un paper o artículo científico normalmente se estructura según el modelo IMRAD (introducción, métodos, resultados, discusión). Paradigma de ello es el artículo A. Se sale del esquema, en cambio, el artículo B. En este caso, tenemos el modelo IRDYM (introducción, resultado, discusión, métodos), introducido por la revista Cell.
Otras razones por las que el artículo B resulta algo heterodoxo son que la introducción no aparece identificada como tal y que esta contiene un último párrafo que expone in nuce los métodos seguidos, los cuales se detallan más adelante en un apartado propio in extenso. Este hecho me hace pensar que la estructura innovadora IRDYM no es quizá tan adecuada.
Una diferencia importante que se observa al comparar la introducción de ambos artículos es que la del B es más breve y entra de lleno en la controversia que ha motivado el trabajo. La del A, por su parte, expone en primer lugar hechos de carácter más general (qué es el «arco fértil», evidencias arqueológicas de la domesticación del perro) para pasar más adelante a comentar otros papers ya existentes. Tal vez cabría la posibilidad de subdividirla en dos: 1) «Generalidades» o «Fundamentos» y 2) «Estado de la cuestión».
Los apartados de métodos presentan estructuras diferentes, lo cual no sorprende, pues en A los métodos fueron más laboriosos (extracción y amplificación de ADN de animales vivos) que en B (morfometría de fósiles y de animales vivos).
Hay poco que comentar sobre «Resultados» y «Discusión».

Mi disposición inicial acerca de la ciencia

Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra


No voy a ser nada equidistante. Si la ciencia y la tecnología no existieran, habría que inventarlas.

La humanidad ya está inventando la ciencia desde que empezó a observar las posiciones y trayectorias de los astros, la sucesión de las estaciones y los fenómenos meteorológicos, y a extraer conclusiones. Ya entonces la estábamos inventando y, al igual que era difícil −imposible− ponerle coto en los albores de la historia, lo ha sido en todas las épocas y lo es ahora. La ciencia y la tecnología vinieron a quedarse para rato en la noche de los tiempos, con sus ventajas e inconvenientes, y todavía las tendremos para otro rato, con sus promesas y amenazas.

Si se me pide mi apreciación personal, diré que no tengo elogios suficientes. La ciencia y la tecnología nos han permitido montarnos en pájaros de metal que, alimentados con la combustión de los cadáveres de una fauna gigante antediluviana que ya se había licuado con el paso de los eones en una olla a presión natural, nos transportan en menos de una jornada a un emplazamiento donde hay otro clima, es otra hora del día y el sol se aprecia a una altura diferente. Eso, por solo citar un ejemplo. También podría hablar de los teléfonos inteligentes y la impresión en 3D, si me pongo a mencionar solo logros desarrollados o culminados en la presente década.

Supongo que ahora toca un párrafo de contrapunto: que si las bombas atómicas y las que no son atómicas, que si los afectados por la talidomida, que si los accidentes de tráfico... Pero, se pongan como se pongan, a mí me cuadran las cuentas. Restando a los siete mil millones de habitantes del planeta a las víctimas de las bombas atómicas, de la talidomida y de los accidentes de tráfico, hay muchas más personas que viven más y mejor, gracias a la ciencia, que en la Antigüedad o en la Prehistoria, épocas en las que la esperanza de vida era de una cifra que hoy causa espanto y en las que los pocos años que se vivía tampoco transcurrían en una Arcadia feliz.

Tampoco me sirven las objeciones de que los científicos se contradicen cada dos por tres. La capacidad de autocorrección es precisamente un punto a favor de la ciencia; más creíble es quien admite un error que quien se empecina. Por otra parte, esas equivocaciones no suelen ser errores de bulto o en realidad son atribuibles a los medios de comunicación y no a la ciencia en sí.

Sí que diré que a veces la ciencia me impacienta. Por la forma en que se transmiten las noticias en los medios, da la impresión, cada vez que se nos bendice con un adelanto y se habla de sus posibles aplicaciones, de que con esperar que transcurra un intervalo de tiempo mágico, vamos a tener en las manos el prodigio de turno (¿se suele decir «de aquí a cinco años» o tengo yo la cifra escarabajeándome en la mente por otros motivos?). Pues no suele ser así. Si queremos ver los órganos generados con células madre, podemos esperar sentados. Tampoco se habla ahora mucho de la prometida lucha contra el cáncer por medio de nanobots. Y, en el ínterin, se nos va «martirizando» con promesas nuevas.

Por si todo lo que argumentado pareciera poco, me haré eco de un meme que circulaba recientemente por Facebook en formato de cómic. Se preguntaba a un promotor de las ciencias y a un científico por qué se debería invertir en ciencia. El primero peroraba sobre las diversas aplicaciones prácticas, el segundo se limitaba a decir «Because it's awesome». En román paladino, porque mola mazo.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Habemus blog.
En principio, van a ser textirrines de divulgación científica. Estaba dudando si llamarlos amigurumis, bibelots o colémbolos. Al final, he optado por el plancton por parecerme más comestible.