martes, 14 de enero de 2020

Bendita hemeroteca

Ejercicio para el curso de Experto en Comunicación de la Ciencia de la Universidad Pública de Navarra. Elige un suceso histórico relacionado con la ciencia. Piensa qué respuestas darías para informar sobre ello y contestar a las siete ‘W’. A continuación, busca una noticia de la época que refleje lo sucedido y compara tus respuestas con la información publicada en un texto breve.


El suceso que he elegido es lanzamiento del Apolo XI a la Luna en 1969. Me he basado en esta fuente, entre otras, para obtener datos fidedignos. En parte, también especulo (en la pregunta de «para qué»). Poniéndome en la piel de un periodista de la época, la información que daría atendiendo a las 7W del periodismo sería la siguiente:

Qué: Por primera vez en la Historia, parte una nave hacia la Luna.
Quién: Sus tripulantes son Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin, miembros de la NASA, la agencia espacial de Estados Unidos.
Cuándo: La nave parte el 16 de julio de 1969. Se prevé la llegada para el 20 de julio.
Dónde: La nave despegará del Cabo Cañaveral (Florida).
Cómo: Tres hombres ataviados con un traje especial, que los protegerá de un entorno sin atmósfera, se embarcarán en un cohete que será disparado hacia la Luna.
Por qué: La hazaña forma parte de la carrera espacial en la que compiten EE.UU. y la URSS. Los norteamericanos se ven espoleados por el lanzamiento, hace ya 12 años, del primer cohete espacial, Sputnik, por parte de los soviéticos.
Para qué: Se desconocen aún las aplicaciones prácticas de la empresa. Tal vez en un futuro se puedan establecer colonias humanas en la Luna. 

Seguidamente, he recurrido a la hemeroteca del diario ABC para saber cómo se cubrió la noticia en el número del día del lanzamiento del cohete. El acontecimiento queda reflejado de forma discontinua en varias páginas del rotativo, ninguna de ellas perteneciente a una sección científica. Vayamos por partes.

De entrada, el titular de la portada, Una estampa de la Virgen delCarmen, a la Luna, no puede causar una impresión peor sobre la seriedad con la que se comunicaba la ciencia en la época. Ni interés público, ni veracidad. La tecnología ya se ha cobrado venganza: estamos hartos de ver imágenes del alunizaje y en ninguna aparece la estampa.

Más adelante, se hace mención al tema en una página ilustrada con texto pequeño, en una reseña a una rueda de prensa concedida por los astronautas y en otros dos artículos que informan sobre los aspectos técnicos de la misión y generalidades de la noticia.

De estas cuatro piezas informativas, se extrae lo siguiente:
- Nada reseñable respeto al qué, al quién y al cuándo.
- Sí que nos depara una pequeña sorpresa el dónde: a la sazón, se hablaba del «Cabo Kennedy», y no del «Cabo Cañaveral»; una advertencia de que, cuando se viaja en el tiempo, hay diferencias donde menos se espera con lo que nos habían contado.
- Es mucho más interesante el cómo: el periodista describe con tono admirativo el conjunto Saturno-Apolo y la cantidad de recursos destinada a la empresa (300.000 personas dedicadas a tiempo completo). Los medios modernos se centran más bien en declarar que la aventura supuso un hito sin desglosar la parafernalia técnica que se desplegó.
- En cuanto al porqué, se menciona la competición con los soviéticos, como esperaba.
- No he acertado en el para qué. Se citan como posibles victorias mejoras en la meteorología, la agricultura y las comunicaciones (bien es cierto, que estas se esperan de los soviéticos). Se especulaba con que el alunizaje estrecharía las relaciones entre EE.UU. y la URSS.
Me sorprende gratamente el buen uso del lenguaje −quizá no tan bien cuidado hoy−, de indudable calidad literaria: un monstruo con más de cincuenta millones de piezas [...], se mueven como hormigas dentro de las catacumbas del vientre del proyectil [...]. También hay alguna expresión que me resulta algo peregrina: embajadores de la raza humana.

Por último, traeré a colación una cuestión terminológica que parece desusada: parece desprenderse de uno de los artículos que la designación de «astronauta» hacía referencia a los estadounidenses, mientras que, si eran soviéticos, se denominaban «cosmonautas».



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